CARTA A MI MADRE
Lima, octubre del 2019
Querida madre:
Hoy que la soledad acompaña las teclas de mi computadora, hoy
que todos duermen y yo velo escribiendo, te recuerdo, madre santa. Quiero decirte, en esta soledad de noches silentes, que te
extraño mucho, y rememoro todos tus cuidados amorosos en mi infancia, ¡Cómo me
cosías mis vestidos a mano! ¡Cómo celebrabas todos mis cumpleaños!, ¡cómo
arreglabas con belleza nuestra casa por navidad!
Añoro ese delicioso chocolate que preparabas, tus palabras sabias de
consejos que siempre me repetías una y mil veces, y que yo, atenta escuchaba y
cumplía a cabalidad.
¡Ah madre amada, ahora ya descansas en el cielo!
Pero me haces una falta infinita. Tú eras mi amiga, mi cómplice en
todo.
Yo la única mujer de la casa estaba siempre contigo en la cocina, lavando
ropa, tejiendo o bordando. Mis hermanos hombres salían de paseo y yo contigo me
quedaba, ¡Cuántas cosas me enseñaste con tu ejemplo!, ¡Cuánto extraño tu
presencia en esa casa en que habita mi padre, que ya no tiene tu olor de madre
buena. ¿Sabes? A veces te siento tan viva, cerca de mí, sobre todo, cuando
tengo problemas o estoy enferma, siento tu voz que me da ánimo, tus abrazos y
hasta en mi sueños te apareces sonriéndome dulce y risueña.
¡Oh madre querida!, sé que estás descansando allá arriba pero tu
corazón tan conectado al mío, se quedó aquí, tan cerca. ¡Espérame madre amada,
algún día volveremos a estar juntas!, mientras tanto, soporto la pena de no
verte con los hermosos recuerdos de mi niñez y juventud, ¡allí brillas refulgente!
¡Qué triste es ver que muchos tienen madre y no la valoran!
y yo, que ya no te tengo, yo, que te cuide enferma hasta el último
minuto de tu vida, ¡Cómo quisiera que volvieras solo un momento y me abrazaras,
¡pues a veces me siento tan sola!
Aquí la vida es dura y no hay casi nadie de confianza, ni
nadie, ni quién me ame como tú, madre amada.
Apagaré el computador y dormiré, ahora madre.
Acompáñame mañana como siempre.
Guía mis pasos, no permitas que caiga en nada malo, ni ceda a las
tentaciones y que lleve en mi corazón, tu noble ejemplo.
Te amo madre, e imaginariamente beso tu frente.
Te amo y nunca te olvidaré.
Buenas noches, madrecita.
Tu hija que te quiere y recuerda siempre:
Elvira.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos Reservados